noviembre 27, 2023

¿Qué hacer?

Por Andrés Gauffin

Un par de días después de las generales del 19 de noviembre, algún contacto mío puso en su estado de wp un flyer que, con el pretexto de una ironía sobre Alberto Fernández, banalizaba las desapariciones de la dictadura y la lucha de las Abuelas por restituir la identidad a personas que en su infancia fueron apropiadas por los represores.

No suelo mirar los estados de wp, pero ya llevaba una hora esperando en un negocio y me quedaba otra hora más: caí en las redes.

Le pregunté porqué se prestaba a reenviar lo que le había preparado una maquinaria del odio y le dije que si escribiera algo él mismo, seguro le saldrían mejores sentimientos.

Me respondió con un sticker, esta vez sobre un club del cual ambos somos hinchas.

Le pedí por favor que escribiera algo él mismo: «Sacale drama a la vida», alcanzó a responderme.

Por supuesto, ya había anunciado su voto a La Libertad Avanza, a través de otro flyer. Y como tanta que gente que dedica horas a reenviar flyers , parecía muy convencido de que su banalización de la violencia de la dictadura sólo se trataba de una broma y que no debía tomarlo tanto en serio.

Se despidió con un emoticón.

Hace unos meses tuve que bloquear por un buen tiempo el contacto de una persona muy cercana, que me envió un video que lamentaba que la bala para asesinar a Cristina Fernández no hubiera salido del revólver: es posible que también pensara que yo me tomaba demasiado en seri o las cosas.

Toda esta introducción sólo para plantearme la pregunta de qué debo hacer en lo inmediato ahora que un hombre ha sido electo presidente en Argentina en buena parte gracias a esta maquinaria digital que ha hecho creer a mucha gente que con la «desaparición del kirchnerismo» – todo se soluciona.

Qué debo hacer, para que la maquinaria del odio y de la banalización -que parece que se va a aceitar aún más- no me enferme.

Cada uno ya se está respondiendo a las preguntas. Yo me he dado respuestas provisorias e incompletas. Estas son algunas.

Privilegiar la relación personal, cara a cara. Preferir siempre una sonrisa en directo, a mil «me gusta» o emoticones. Una breve conversación a veinte grupos de wp. O una palabra sincera, una respuesta, un recuerdo o un sentimiento compartido. O un abrazo. Y si alguna vez encuentro a ese contacto, saludarlo, mirarle a los ojos, preguntarle cómo está.

Porque la Libertad Avanza sobre la destrucción de las relaciones personales.

Hacerlo hasta caer por fin en la cuenta que no todo «pasa por el celular» y que muchas cosas que no pasan por allí son mucho más imprescindibles que las que sí pasan.

Porque la Libertad Avanza sobre la creencia de que ya ni siquiera son posibles las relaciones personales sin redes y sin celu. Es el modelo «cyborg»,mitad hombre y mitad artificial, que para Milei es el futuro de la humanidad.

Ese cyborg no es sólo inteligencia artificial, es también relación artificial. En el futuro, como si fuera un valor en sí mismo, todas las relaciones estarán «mediatizadas» por el celu, dice el sombrío vaticinio.

Hacerlo también como un antídoto contra la banalización.

Por otra parte, no me levantaré por las mañanas para consultar los estados de wp, los me gusta, y los nuevos posteos de Instagram. Haré esas revisiones bien después de haberme tomado unos amargos, haber repasado el día que pasó y proyectado el que comienza, y haber leído un par de páginas en un libro de papel.

Porque, a caballo de las redes, la Libertad Avanza sobre la destrucción de la subjetividad.

Escribir algún ensayo de vez en cuando, y sólo cuando crea que tengo algo para escribir. Escribir un ensayo como una exploración de la subjetividad o como una defensa de la subjetividad y a contracorriente de que la creencia de que la única comunicación posible es a través de flyers.

Porque la Libertad Avanza sobre la destrucción del pensamiento propio y la aceptación de que la libertad de expresión se resuelve con un click.

Por último, no dejar pasar un día sin regar una planta ni de acariciar al gato. Y, por supuesto, ni loco subirlo a las redes.