octubre 28, 2021

Abel y los 60 millones

Por Andrés Gauffin

La cuestión no es sólo si el nuevo ministro de Seguridad y Justicia de Salta, Abel Cornejo, responderá a los mandos del gobernador Gustavo Sáenz o bien, como puede esperarse por las circunstancias en que se producen los cambios,  a los del senador nacional Juan Carlos Romero, a cuyos intereses el hasta ahora Procurador siempre favoreció en el cargo que deja.

 El otro interrogante, menos político pero más  verificable es qué dispondrá el nuevo ministro con el negocio de las cámaras de seguridad que vigilan todos los días a salteños y salteñas en al menos 1400 puntos de la provincia.

Pero ambos ambas preguntas van de la mano: durante meses El Tribuno del eterno senador nacional Romero promovió una campaña para convencer a sus lectores de que Salta se había vuelto insegura, con lo que presionó la renuncia del ministro de Seguridad  saliente, Juan Pulleiro.

Y simultáneamente, el matutino  alertó sobre los beneficios que una empresa llamada Nubicom obtiene mes a mes del Estado Provincial por decisiones del ex gobernador Juan Manuel Urtubey y luego del gobernador Sáenz y de Pulleiro.

La historia podría arrancar desde 2017 cuando Urtubey otorgó a la empresa Dantandhome, mediante la licitación 304, la instalación de cerca de 2000  cámaras inteligentes de videovigilancia en toda la provincia.

Simultáneamente, mediante la licitación 303, Urtubey le otorgó a la empresa Nubicom el servicio de conectividad de esas cámaras con el Centro de Datos instalado por Dantandhome en el Servicio del 911. 

Pero en enero de 2020, a poco de iniciar su gestión, Sáenz ordenó a su ministro Pulleiro que rescinda el contrato de Datandhome, sin pagarle un sólo peso,  por las “faltas graves” en el cumplimiento de sus obligaciones.

Unos días después terminaron reconociéndole una indemnización de 6,2 millones de dólares en 24 cuotas.

Y enseguida,  preocupados porque  sus gobernados no quedaran sin ser vigilados, Sáenz y Pulleiro le otorgaron a Nubicom, en forma directa y sin licitación, el mantenimiento de las cámaras que antes hacía Datandhome. 

El dueño de Nubicom, Emanuel Eduardo Salinas,  podría figurar en los primeros puestos de la lista de los jóvenes emprendedores más exitosos de Argentina y tal vez de Latinoamérica con su empresa asentada ahora en pleno centro de Salta, en la ex sede del Citibank.

Allí un par de jóvenes  integran el marketing que invita a los transeúntes a entrar y contratar algún servicio de conexión a internet que brinda la empresa, como si el negocio de las conexiones domiciliarias fuera uno de sus principales negocios. No es así.

La empresa  fue creada en febrero de 2014, cuando Salinas sólo tenía 34 años, durante la gestión de Urtubey, con el tiempo justo de antelación para entrar a jugar en el negocio de las cámaras de vigilancia que comenzaba a abrir el entonces gobernador.

Pero el estado de semi abandono del edificio de la sede legal de Nubicom en Los Olmos 38,  Tres Cerritos, contrasta con el glamour de la sede comercial:  se parece más a la casa de un profesional que antaño pudo construirla con esfuerzo, pero que desde hace diez años se quedó sin un peso para mantenerla, que a la sede una  moderna y exitosa empresa de internet.

Que haya sido creada justo cuando Urtubey se comenzaba preocupar  por la seguridad de los habitantes de Salta y se le ocurriera poner cámaras a rolete, favorecieron los rumores sobre las conexiones de Nubicom con el ex gobernador y ex precandidato presidencial.

Lo cierto es que siete años después, y gracias a decisiones de los gobiernos de Urtubey y Sáenz, el emprendedor más exitoso de Salta factura al Estado provincial  un total de 608 mil dólares mensuales.

A saber:

266 mil dólares por la conectividad de las cámaras con el 911 (licitación del gobierno de Urtubey).

172 mil dólares por el mantenimiento de las cámaras (contratación directa ordenada por Sáenz)

Y como si eso fuera poco:

170 mil dólares mensuales por otra licitación de 2017 por la que Urtubey le concedió a Nubicom la conexión a Internet de 1281 dependencias oficiales.

Los datos fueron brindados por el mismo matutino de Juan Carlos Romero, en una nota de mayo de 2021, cuando El Tribuno iniciaba su campaña contra Pulleiro.

Con las tres facturaciones, el total de la torta o del queso -términos que utilizan los maledicentes de siempre- asciende a más de 60 millones de pesos mensuales.

Pero ese no es el único costado del negocio.

Porque desde que Nubicom se quedó con todas las porciones, atesora una información demasiado valiosa para las empresas y los políticos que sepan aprovecharla.

Es que las cámaras no sólo filman a los ladrones de billeteras de la peatonal o el último choque de una esquina céntrica, videos que gustosa y ocasionalmente difunden medios como El Tribuno sólo para legitimar el video espionaje.

Con el soft adecuado también pueden ubicar en el momento a un indeseable, indeseable de ellos por supuesto, pasando por alguna calle de Salta y registrar quiénes son sus acompañantes, que todo puede servir en materia de comercio y de política.

Que todos esos datos pasen y puedan ser guardados por una empresa privada antes que lleguen a las pantallas del 911 -como se hace ahora- y sin alguna norma provincial que le dé  transparencia al sistema, le agrega un cacho de horror a la historia.

Ya antes de asumir,  Abel Cornejo adelantó a través de su vocero, el diario El Tribuno, que va a “reconstituir” el 911. El negocio de las cámaras está detrás.

En unos días los salteñas y las salteñas sabremos cómo  quedan repartidos los negocios -que, como ya dije,  los maledicentes de siempre llaman torta o queso- de Urtubey, Sáenz y Romero, incluyendo quién se queda con la posibilidad de espiar todos los días tus movimientos en la calle, estimadx lector.