diciembre 4, 2020

Apropiadores

Por Andrés Gauffin

Si alguna vez robo una camioneta, ni pienso ir a un Registro del Automotor a gestionar una tarjeta verde a mi nombre. Simplemente lo usaré un rato y luego lo venderé para que lo desguacen.

Porque robar no es lo mismo que apropiarse. Quien roba no pretende que lo que robó pase a ser públicamente de su propiedad.

Apropiarse es algo más serio. Por empezar, apuesto que los apropiadores disponen de más poder que los ladrones. Como su plan consiste en hacer pasar como suyos los bienes que sustrajeron a los otros, cuentan con armamento y uniformes, pero también con abogados, funcionarios, jueces que pueden crear esa ficción.

Es terrible que, sistemáticamente, tantos apropiadores hayan pretendido borrar la identidad de tantas criaturas que sustrajeron a sus madres y borrar su origen, mientras les hablaban de amor y de valores.

Pero a pesar de sus atrocidades, los apropiadores no triunfaron. Pudieron contra ellos unas abuelas de pañuelo blanco.

Ahora resulta que también tenemos apropiadores de palabras que nunca utilizaron. Un día, por ejemplo, pintan con la leyenda “ABORTO=GENOCIDIO” los carteles publicitarios del parque 20 de Febrero.

Comparación impactante por supuesto, pero construida con un término apropiado. Un término al que le arrancaron su historia muy reciente, al que le quitaron toda su identidad temporal para convertirlo en cuco.

Lo que estos apropiadores pretenden es que la palabra genocidio ya no refiera a los miles y miles de desaparecidos, asesinados, torturados por la dictadura militar de 1976.

Quieren que la palabra genocidio solo sirva para condenar a una mujer violada que quiere interrumpir su embarazo.

Los nuevos apropiadores recurren al diccionario de la RAE para definir el término, per no a la historia. Genocidio fue un plan estatal inaugurado en 1976 que truncó miles de vidas, que provocó muchísimo sufrimiento en Argentina, que los nuevos apropiadores pretenden hacer olvidar.

Con menos palabras, se apropian de la palabra “genocidio” para negar el genocidio histórico.

Alguna abuela de pañuelo blanco seguro le va a restituir su identidad.