octubre 28, 2020

Mi sacrosanta propiedad

Por Andrés Gauffin

Resulta que como gobernador hizo comprar 90 hectáreas en La Ciénaga, y que para justificarlo, hizo sacar un decreto provincial para destinar esas tierras a familias de escasos recursos.

Pero que en esas 90 hectáreas nunca se construyó una sola casa y que un día la Provincia -cuando todavía era gobernador- se las mal vendió todas juntas a un particular, por unas monedas.

Que el diario La Nación siempre dijo que ese gobernador era un gran hombre de negocios, pero allí hizo un pésimo negocio, pues ese particular no sólo se quedó con las 90 hectáreas, sino también con algunos millones de la provincia, y a cambio sólo tuvo que dar tres o cuatro hectáreas.

Resulta que muy pronto esas 90 hectáreas cambiaron nuevamente de dueño pues ese particular que había hecho el negocio de su vida con la Provincia, se comportó luego como un estúpido y las mal vendió.

Que en esa, y en otras ventas que siguieron de las mismas 90 hectáreas, intervenían como compradores o profesionales, escribanos y escribanas de un estudio con obvias vinculaciones con el gobernador.

Y resulta que, mientras tanto, ese gobernador mandó hacer una autopista de circunvalación por la zona, y logró que las 90 hectáreas adquirieran un valor exponencial.

Y resulta que, ocho años después, aquellas 90 hectáreas que el señor gobernador había destinado a las familias necesitadas, fueron compradas por una empresa de propiedad de ese mismo gobernador.

Y resulta que la Justicia -por ponerle un nombre- no ha podido siquiera hacer que ese ex gobernador, actual senador, vaya a alguna fiscalía a dar alguna explicación de lo que hizo.

Y resulta que ahora el diario del ahora ex gobernador y actual senador, no duda en calificar de delincuentes a las familias de escasos recursos que ocuparon terrenos en Parque La Vega.

Y también resulta que el ex gobernador desde su mansión amurallada de Castellanos y a través desde su matutino independiente, salió a defender la propiedad privada como un valor sacrosanto.

Resulta que sólo defiende la propiedad de su mansión y la de sus 90 hectáreas. Claro.