abril 9, 2023

La esperanza de Abel

Por Andrés Gauffin

Desde temprano se notó una actividad inusual para un sábado a la mañana en la plaza de la primera etapa del Barrio Parque Belgrano. Cerca de las 9 y sobre el pasto recién cortado comenzaron a levantarse los primeros gazebos y a instalarse las sillas. Hacia las 10,30 podían verse ya las primeras gorras con el nombre de Bettina y entonces los vecinos entendieron que la Municipalidad estaba por escenificar sus servicios. Sabían, por supuesto, que no se trataba de un acto de campaña para la reelección de la intendenta, pues el cronograma electoral aún no lo autoriza. Un camión de la herrería municipal cortó una calle para reparar unas boca tormentas que desde hace años amenazaba con romper las ruedas de los vehículos. Otro cortó un pasaje aledaño a la plaza para que unos obreros poden las ramas de unos árboles. Poco después estacionó un camión que convocaba a castrar y/o vacunar a las mascotas, allí mismo. Una carpita, con funcionarios de anteojos negros mirando en lontananza, anunciaba «licencias de conducir» . Mucho más frecuentado estaba el gacebo de la peluquería municipal, donde dos vecinas hacían cola para ahorrarse los 1000 pesos que por lo mínimo cobra Susana, la peluquera del barrio. Todo marchaba decoroso, digamos, aunque con escasa concurrencia, que ni siquiera el sorteo de un choripán, perdón una rosca de pascua, pudo mejorar. Hasta que desde el escenario para el que la municipalidad había contratado un conjunto folklórico, se anunció la participación del cantor Abel Cornejo. El anuncio paralizó a todo el barrio, que por los altoparlantes no pudo dejar de escuchar de la voz del ex juez federal, el ex Procurador romerista, el ex presidente de la Corte,bel ex ministro de Seguridad, ex director de la biblioteca Atilio Cornejo, el ex precandidato a intendente, la » Zamba de mi esperanza». En efecto, la esperanza de Cornejo ahora es la de sentarse, en diciembre, en una poltrona de diputado provincial y para eso no desaprovecha ni los recursos municipales que le brinda Bettina ni sus modestísimo recursos líricos. Una vez que la escenificación municipal terminó, sobre la cancha quedaron esparcidos algunos volantes con el rostro de Cornejo a los que llegó a sobre imprimir la leyenda «diputado», aunque las propuestas del dorso eran municipales, impresa hasta hace dos semanas cuando aún se ofrecía como intendente. La esperanza es lo último que se pierde comentó una vecina del barrio. Y el decoro lo primero, agregó otra.