junio 29, 2021

Nuestro héroe Chocobar

Por Andrés Gauffin

“Soy muy creyente”. Así concluye la extensa entrevista que El Tribuno le publica hoy 28 de junio a Luis Chocobar, el policía bonaerense que en diciembre de 2017 mató por la espalda al joven Juan Pablo Kukoc, y que acaba de ser condenado a dos años de prisión en suspenso e inhabilitación especial por cinco años,  por un tribunal que lo juzgó  tres años después del crimen. 

Chocobar intervino  en el asalto a un turista estadounidense en el barrio de la Boca, en el que Kukoc utilizó un cuchillo para agredir a su víctima: el asaltante huyó cuando apareció el policía pero, según comprobó el Tribunal, recibió por la espalda dos de los siete balazos que le disparó Chocobar, y falleció en el pavimento. 

Presentarlo como un creyente fervoroso no es la única estrategia que utiliza el diario de Juan Carlos Romero para justificar al salteño Chocobar y promover el uso de la fuerza bruta -sin restricciones legales- en el accionar de las fuerzas de seguridad. 

Vale la pena repasar textualmente el copete de la nota de El Tribuno, para comprobar hasta dónde puede llegar el matutino para torcer la verdad y exculpar a Chocobar: 

“Luis Chocobar es salteño y policía de la Provincia de Buenos Aires. Se hizo conocido por el incidente en el que falleció Juan Pablo Kukoc, uno de los responsables de haberle dado 12 puñaladas al turista estadounidense Joe Wolek en La Boca, el 8 de diciembre de 2017, para robarle una cámara de fotos”. 

El periodista Rodolfo Walsh podría haber respondido a los Romero: “lo que ustedes llaman incidente, fue un crimen”. El término “Incidente”, en efecto, ni siquiera llega a la categoría de eufemismo. 

Lo brutal de la nota de El Tribuno es que tiende a justificar el “fallecimiento” de Kukoc porque el joven le había dado 12 puñaladas al turista estadounidense para robarle una cámara de fotos. 

Como la invocación a Dios, la exaltación de los “valores”  y  de la familia –sacada del manual de promoción de mano dura- que  hace  El Tribuno en estas campañas, no refiere a ninguna convicción religiosa de parte de Juan Carlos, de sus periodistas o del policía: sólo busca poner a Chocobar y a las fuerzas de seguridad por encima de cualquier orden legal, y de respeto por los derechos humanos. 

En efecto, según esta lógica que promueven siempre de forma oblicua, Dios -en realidad un dios hecho a su medida- y los valores no pueden someterse a las reglamentaciones humanas, ni siquiera a aquellas que tienden a resguardar los derechos humanos más básicos. 

Y cuánto más exaltan a la familia y a la propiedad, más desaparece en sus discursos las referencias a las relaciones sociales indispensables para una mínima convivencia democrática y más se prepara a los individuos para vivir amenazados por un Estado que utilice la violencia sin miramientos.

Impacta en la entrevista la nula compasión – no ya del victimario, sino de El Tribuno- hacia el joven Kukoc, del que falta muy poco que El Tribuno asevere que “debía morir”, por robar y agredir a un turista. 

Claro que si se tratara sólo de una nota de El Tribuno y de un caso aislado en la Argentina de hoy, no tendríamos tanta inquietud.

Pasa que  el entonces presidente Mauricio Macri respaldó en su despacho a Chocobar y hace pocos días -cuando ya había sido condenado por un Tribunal- lo recibió el secretario de Seguridad de la Provincia de Salta, Benjamín Cruz y el mismo jefe de la Policía, José Ibarra.

Esos hechos no auguran nada bueno para los jóvenes de Salta.

¿Y cómo es posible que Chocobar diga -y El Tribuno le dé la razón-  que los derechos humanos son también para los policías, cuando acaba de ser juzgado con todas las de la ley y de recibir una pena bastante benévola, y no tengan la gentileza de explicaron cuáles  son los derechos que se le vulneraron? 

¿Acaso se exagera si se afirma que El Tribuno, su propietario Juan Carlos Romero, y el propio gobernador Gustavo Sáenz, están alentando a  los policías de Salta a que actúen de la misma manera que su héroe, matando por la espalda?

Mañana en sus páginas de policiales aparecerán las nuevas noticias de vejaciones, abusos y torturas practicadas por fuerzas policiales, noticias  a las que, al parecer, nos quieren acostumbrar nuestros gobernantes.

Cuentan para ese objetivo con el generoso aporte diario de El Tribuno.