abril 25, 2021

Pomponcito rojo

Por Andrés Gauffin

No despliegues las hojas del matutino cruzado de piernas y sentado en una mesa con café recién servido, a un costado de la Catedral Basílica, el Cabildo, el Centro Cultural América, o el Teatro Provincial.

Te digo porqué.

Peligra que lo tomes todo demasiado en serio. La gravedad de aquellos edificios presiona sobre tu actividad lectora, y hace que termines tragando sin digerir cada letra, cada línea de una nota publicada en esas hojas.

Después de leer una nota como ésta puedes enfermarte de solemnidad.

“Empiezan a sonar nombres de peso para constituyentes”, publicó El Tribuno hace unos días , ilustrada con foto del doctor Abel Cornejo, Procurador de Salta.

Y digo doctor porque me acabo de pescar el bicho de la solemnidad.

La solemnidad te hace ver una Salta donde predominan doctores, monseñores, cabildantes, artistas solemnes representantes de la cultura local, funcionarios.

También te hace ver, como pretende esta nota, una Salta la mar de institucional y democrática, respetuosa de todas las leyes electorales, de los cronogramas dispuestos los sagrados tribunales.

No, no pongas cara de serio como si estuvieras leyendo algo serio. No sòlo el covid puede entrarte por tu mano en el mentón.

Antes de leer notas como estas procede a colocarte en la punta de tu nariz, arriba de tu barbijo de preferencia blanco, el pomponcito rojo de payaso que guardaste allá por 2019, a las 5 de la madrugada en el cajón de tu mesita de luz, segundos antes de dormir la mona de la última fiesta bailable a la que te invitaron.

¿Pensabas que ya no lo ibas a usar más?

Te lo pones y en vez de leer “nombres de peso”, empiezas a leer “gente pesada”: Abel Cornejo, Gonzalo Quilodrán, Martín Grande, Alfredo Olmedo y cuantos màs.

Y te empezás a reír de que estos pesados de siempre, de eterna ocupación de cargos oficiales y constante y sonante uso de recursos públicos, ya se vendan como quienes van a limitar en el tiempo los mandatos de cada gobernador y de los legisladores.

Échate una carcajada, llévate las hojas del matutino para usar la próxima vez que tengas algún dinero para hacer asado, y empieza a ver la plaza 9 de Julio y a Salta de otro modo.

Y canta con la chilena Mon Laferte, cuyas letras nos muestan la realidad de la Salta actual más que las de diez zambas entonadas por Juan Carlos Saravia, por mal que le pese al señor doctor gobernador, siempre tan solemne èl.

“Que alguien me explique lo que pasó/por la democracia, la democracia/me confundí o alguien me mintió/la democracia, la democracia/¿pa donde fue? Alguien se la robó/la democracia, la democracia/vamo a tomarnos unos vinitos/ la democracia, la democracia…

El pomponcito rojo también te ayudará.

Empiezan a sonar nombres de peso para constituyentes (eltribuno.com)